Mi hija tiene diabetes

10/23/2006

Sentimientos y sentidos

En los últimos meses tenemos sensaciones que antes no habíamos notado ¿He cambiado? Pues no. Y en verdad creo que eso es bueno. Porque es importante mantener la calma durante la manifestación aguda de la enfermedad y posteriormente también. La mejor forma es ser como uno era y dejarlo todo en la normalidad. He tenido la posibilidad de conocer a otros padres con hijos con la misma enfermedad. Observo que han tercializado sus sentimientos, o en un psicólogo o en una asociación de afectados. Yo no soy amigo ni de psicólogo ni de asociaciones. A los primeros no les aguanto el paroxismo en su disciplina, a los segundos los veo como una suerte de secta, aislados de su entorno y sólo preocupados de los que les pasa. En mi experiencia profesional he visto muchas personas que descontextualizan sus conflictos y sólo se centran en estos como si el alrededor no existiera. Es tentador actuar así, pero no es lo más inteligente. Llegué a redactar unos estatutos de una asociación de afectados por diabetes de mi ciudad (me niego a hablar de diabéticos) ya que no existe. Incluso me propuso hacer publicidad en el CAP (ambulatorio) del nacimiento de la asociación, poner un día para el acto de presentación (el 14 de noviembre, día mundial de la diabetes) y liderarla antes de dejar los bártulos a alguien con más tiempo que yo. He dejado el proyecto en barbecho porque temía volverme en un sectario más. Y no dudo que los psicólogos y las asociaciones ayuden, pero no creo que alivien de forma automática todas las malas sensaciones. Fui a ver a mi médico de cabecera. Soy un tío que confía en la ciencia y no es desagradable ir a verla en este caso. Es para tener fantasías eróticas con ella. Supongo que el sentimiento será mutuo, porque cuando estoy en la sala de espera, no es por nada, pero el tipo más interesante soy yo. En este periodo he ido tres veces a verla, la primera por revisión anual con análisis incluido, la segunda por una inoportuna otitis en agosto, y la tercera para pedirle algo que equilibrara mi serotonina. Me mandó un jarabe, que por supuesto no tomé, y me centré nuevamente en subir las endorfinas a partir de carrera continua y mountain bike. No sé si preocuparme pero no experimento placer si bajo de la hora de ejercicio ¿Para qué explico este rollo? Pues es sencillo, es para demostrar que es posible superar el decaimiento tenaz e individualmente.

En cuanto a los sentimientos, no es extraño sentir cierta compasión, o experimentar autocomplacencia cuando te explican que tú (aparte de los genes) no has tenido nada que ver con la enfermedad de tu hija. Vamos que aunque hubieras hecho un ritual apalache, la enfermedad avanza. Yo personalmente lo que llevaba peor era la noche, no por insomnio, sino por el jodido Orfeo. En un mes estuve todas las noches poniendo inyecciones a diestro y siniestro. No se libró ni el apuntador de que yo le pegara un banderillazo en cualquier parte. Inyecciones de insulina rápida, de intermedia, de basal, de lenta, mezcolanza de insulina, vamos todas las opciones. Era como si mi cerebro cuando descansara hiciera una compilación de la información y practicase las técnicas para que no fallara al día siguiente. Compartía los sueños con mi mujer ¿Te pasa lo mismo? La negativa como respuesta.

Aunque al final no solté ni una lagrimita, me dio mucha pena no hacerlo. Envidio al que puede llorar a moco tendido, porque estoy convencido que es una válvula de escape. Pero es que soy un témpano, y como mucho se me licúan los ojos. Ni en los entierros, ni depilándomes las cejas. Y no sería porque no tenía ganas, sobretodo cuando nadie me veía. Pero ni por esas.

Y en la actualidad. Pues bien, el deporte y el blog ayudan a superar malos ratos, aunque debo confesar que escribir como terapia lo escuché de un psicólogo. Al César lo que es del César.

5 Comments:

  • At 10:57 p. m., Anonymous Anónimo said…

    hola cateto,

    es el blog monotemático?

    yo tengo un primo segundo diabético. pero he tomado copas con él.

    salud y fuerza!

    chimo

     
  • At 3:02 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Mi solidaridad contigo, cateto.
    Un saludo.

     
  • At 5:30 p. m., Anonymous Anónimo said…

    No sé mucho de diabetes, pero sí que la medicina avanza rápido en esta materia(bombas de insulina cada vez más pequeñas, etc) y que permite una vida cada vez más cómoda y una enfermedad más llevadera para los que la padecen. Ánimo.Creo que ya hay hasta gominolas.

     
  • At 5:11 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Como no encentro por ninguna parte su direccción de correo electrónico, me dirijo a usted desde este foro. Efectivamente, lo del urdú lo transcribí directamente de su post. Y he de confesarle que, de entrada, me lo creí (imbecilidades mayores leemos todos los dias). Sólo tras contrastar la información (Racó Català publicaba íntegra la nota de ese departamento de la UAB)reparé en la broma. De todos modos, como mi artículo se iba a publicar el 28 de diciembre, día de los inocentes, decidí por mi cuenta y riesgo mantener su redactado. Por lo demás, le aseguro que no suscitó ninguna reacción. Algo que me inclina a pensar en dos alternativas: o que nadie lee mis artículos o que ese fruto de su sarcasmo ya resulta perfectamente verosimil para todo el mundo a estas alturas del partido.
    Sin más,

    José García Domínguez

    finanbox@teleline.es

    PD.

    Espero seguir leyéndole en el blog si Arcadi, al fin, se apiada de todos nosotros

     
  • At 2:50 p. m., Blogger Neguev and me said…

    Mis mejores saludos Cateto. Un placer leerle siempre

     

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